Cuántos tropiezan por aquí cerca

domingo, 22 de enero de 2012

¿Realmente queréis ver porno chino?

Con el cambio de año todas las páginas web y blogs están haciendo sus particulares rankings de noticias más vistas y colaboradores más activos. En mi caso, con 30 artículos escasos publicados sería un poco pretencioso hacer algo parecido, pero esta situación sí que me ha animado a comentar algo que no deja de llamarme la atención.

Algunos artículos fueron publicados en meneame.net, página que os recomiendo para estar informados si no la conocéis. Estos artículos consiguieron en consecuencia muchas visitas y enseguida se dispararon al top 3 que veis a la derecha. Sin embargo, casi siempre el éxito de estos artículos es momentáneo; en dos días hay mil visitas y luego las visitas diarias se pueden contar con las manos. Pero hay un artículo que sigue cosechando decenas visitas cada semana y ello a pesar de no haberse publicado en meneame. Y no deja de soprenderme.

Me refiero al artículo del porno en China. Con el google analytics he comprobado que las distintas formas imaginables (e inimaginables) de decir porno en China o de chinas está siempre entre los resultados de búsqueda que llevan a mi blog. Así que hablando de algo que está prohibido en China aparezco entre los resultados de los que lo buscan con bastante ansiedad, por lo visto.

Porno chino de arte y ensayo

Me extraña un poco esta aparente obsesión por el porno chino. Supongo que tendrá que ver con la mayor presencia de los chinos en España. Sin embargo, cuando la burbuja inmobiliaria atrajo la inmigración marroquí y sudamericana a España no creo que hubiese un aumento por el interés en el porno de estos lugares. O tal vez lo hubo y no estoy yo puesto en el tema.

En España es tema común la poca presencia de los chinos en la calle ("si hay tantos, ¿dónde se meten?") y lo poco agraciados que suelen ser. Yo no estoy de acuerdo con ambas afirmaciones, pero sé que son habladurías tan presentes como el rumor de que se comen a los perros. Entonces, ¿por qué ahora quieren ver a chinas frungiendo?

Yo personalmente podría entenderlo, porque no comparto la opinión de que las chinas sean poco agraciadas (aunque últimamente en Beijing las lorzas estén entrando con fuerza). Sin embargo, si vemos lo que nos ofrecen los territorios del alrededor de China podemos hacernos una idea de lo que podríamos esperar si algún día el Gobierno levantase la prohibición; puedo adelantar que nada del otro mundo.

Cada día empiezan más jóvenes a buscar porno chino
Por un lado, Hong Kong fue hasta 1997 un protectorado británico, por lo que leyes como ésta no eran de aplicación. Pero el pensamiento conservador comunista estaba suficientemente presente como para no permitir abiertamente la prostitución, por lo que lo único que se ofrecía al gran público eran las películas llamadas de serie 3, lo cual vendría a equivaler a la clasificación S que se inventó en España para calificar a las películas del destape, donde se presenta a señoritas sin ropa pero no hay sexo explícito; un 'quiero y no puedo' al estilo Playboy. Pero esta clasificación 3 tenía una característica curiosa: siempre aparece un triángulo negro con un 3 en letras romanas amarillas tapando cualquier pene, vulva, pezón o ano en escena (!). Es decir, el hongkonés con el calentón tragándose una serie de diálogos insustanciales durante 10 minutos para que cuando la jamona empiece a perder ropa aparezca el gobierno tapando lo interesante; pues vaya.

Algo parecido sucede en Japón, donde sí está permitido el porno, pero siempre con el pixelado de las zonas pudendas. Así, se da la ridícula situación en la que está la pareja de enamorados haciendo cosas inconfundibles pero sin que se vea nada. Muy ridículo, vamos. Por cierto, que en el porno japonés también es curioso que, para adaptarse a los gustos de su público, las chicas siempre deben aparentar totalmente sumisas, sometidas y actuar como si las estuviesen forzando a algo; las sonrisas parecen o los gestos de disfrute estar prohibidos. Eso es así para adaptarse a su cultura de sumisión y paternalismo en la que la mujer debe ser una buena esposa sumisa al marido, que es siempre el "big boss".

Corea es conocida en la zona por ser especialmente abierta en estos ámbitos. Las coreanas son consideradas sexis y "sueltas", lo cual significa que su erotismo sería lo más próximo al nuestro que se podría encontrar en Asia.


Voy a pixelar por aquí y por aquí...
En cuanto al sudeste asiático, la situación es bastante homogénea en cuanto a un triste denominador común: los actores y actrices suelen serlo por pura necesidad y supervivencia, con lo que ello implica, además de la dificultad o irresponsabilidad a la hora de confirmar edades de las actrices. Todo ello hace que sean cosas ya más específicas para gente con gustos digamos "particulares", por lo que no hablaré mucho más del tema.
Por tanto, parece que si hubiese porno en China debería ser plagado de censura, estilo HK o Japón, o con actores y actrices recién llegados del campo a la gran ciudad y que se avergüenzan constantemente de lo que están haciendo. Podría llegar a darse el caso de que sus actrices se convirtiesen en famosos iconos eróticos en toda Asia, como pasa con las coreanas, pero, en todo caso, ¿hay alguien que realmente querría ver algo así? No sé; a mí me parecería muy triste ver a actrices famélicas con obvia falta de cultura y necesidad haciendo algo a desgana, algo que aún por encima está tapado y no se ve nada…

Y aún así se ve que hay gente que lo busca con desesperación…

martes, 10 de enero de 2012

El extraño caso de la mochila ufológica

Una mochila que guarda un secreto en su interior
Cuando mi mujer vino a España por primera vez sabía que aquí en el mundo de las narices grandes todo era más caro que en casa, aunque sólo fuese por el cambio de moneda. Por eso se trajo todo lo que pudo y creyó que podía necesitar. Eso supuso subirse al avión con cinco pantalones y siete jerséis, tres pares de calcetines y dos chaquetas, pero también la invitó a traerse un par de mochilas con ella, para que le durasen toda su estancia, que finalmente se vió extendida más de lo planeado (indefinidamente).

Una de esas mochilas llamaba mucho la atención porque era como un balón de baloncesto con una cremallera tamaño Gasol. La otra estuvo en el anonimato y missing hasta que el año pasado yo la encontré y comencé a usarla para ir a la piscina.


Como se ve en la foto de portada, es una mochila negra que no llama mucho la atención; nada fuera de lo común. Hasta que te paras a ver la etiqueta interior. Si no te fijas mucho en ella te pasa totalmente inadvertida, y das por supuesto que dice lo típico de "100% algodón, lavar en frío, no planchar, etc". Pero en realidad la etiqueta es así:



El iPhone todavía no se lo curra demasiado con la calidad de las fotos, y además los años se han cobrado su peaje en la etiqueta, por lo que debería transcribir lo que pone, aunque para los que no estén tan enamorados de Shakespeare, directamente traduciré el contenido de la etiqueta, porque no tiene desperdicio:

Empieza con una serie de imágenes del cielo, una nube, una luna y un ovni, para que sepas distinguir un ovni si lo ves. Luego, al lado de un símbolo de una cruz (¡?) hay varias figuras de un ovni con un indicador de 1 milla, media milla, un cuarto de milla y la última que simplemente dice “abducción”; debajo te indica que las imágenes están cubiertas de Xenon y se activará cuando estés a menos de una milla de un ovni, poniéndose de color rojo según la distancia a la que se encuentre. Debajo, al lado de una representación de una abducción te dice: “En caso de abducción: 1. Quédate donde estás. 2. Dales y haz lo que te pidan. 3. Olvida todo lo que suceda”. Por último, al lado de una figura parecida a un huevo, dice “Detector de tiempo perdido: si la figura cubierta de Xenon está de color rojo, has sido abducido recientemente y olvidado todo. Escudriña el cielo basándote en las imágenes de arriba”.

Como se puede ver, nada que ver con lo que cualquiera podría esperarse de una etiqueta de cualquier pieza de ropa. Pero a mí me asalta una duda: ¿Qué se le pasaba por la cabeza a la persona encargada de diseñar la etiqueta? No puedo evitar imaginarme la situación; "oyes, ¿Te encargas tú de diseñar la etiqueta?", "¿Yo? Pero si habíamos quedado que mañana tenía libre", "Bueno, mala suerte, lo haces y ya está"; para sus adentros:"te vas a cagar..."

Sin embargo, aunque mi mente se ponga a elucubrar, creo que la razón más plausible tiene más que ver  con un problema estructural con el mundo empresarial de China: la falta de cultura. Y es que en China pasa algo similar a España: la falta de cultura emprendedora entre el mundo universitario. Es decir, hablando en general, los que montan empresas suelen ser aquéllos que no se dedican a estudiar, mientras que los que estudian suelen o emigrar o buscar un trabajo con un sueldo. Eso no suele suceder en países como EEUU, donde los universitarios forman una parte importante de los emprendedores, pero ese es otro tema. La consecuencia de esta situación es que  acabaremos teniendo a un tío que gestiona una empresa que fabrica miles de mochilas al día, que exporta a treinta países, con una facturación de varios millones de RMB al año, pero que no sabe ni inglés, y cuando su diseñador en vez de crearle una etiqueta como dios manda, le copia y pega un artículo sobre ovnis que encontró por internet, él ni papa.

Además, también puede tener que ver con otro problema típico tanto de China como de España: el bajo nivel de inglés, que en el caso de China provoca tal cantidad de anuncios en chinglish y patadas a Shakespeare en todas sus versiones. Es, por tanto, también muy posible que el diseñador no tuviese ni idea de inglés y copiase el primer artículo de tamaño adecuado que encontró en internet, aunque las imágenes deberían haberle dado una idea. Cuando esto mismo no lo hizo ya el mismo jefe de la empresa que pensó para sí, “me ahorro pagarle el diseño a alguien, teniendo tantos artículos en inglés en internet”.

El caso es que la mochila es por lo menos curiosa, y no creo que vaya a encontrar alguna similar en mucho tiempo.

miércoles, 4 de enero de 2012

¡Qué cabeza más bonita!

Debes ser el único chino orgulloso de su cabeza

¿Alguna vez te ha sucedido que te dicen que tu cabeza es muy bonita? Lo más probable es que no. Y si, como a mí, te ha sucedido, es muy posible que te hayas quedado un poco perplejo, sin saber si te lo están diciendo de buena fe, implicando algún tipo de ironía envenenada o si simplemente estás hablando con alguien que no está muy bien...

Yo creo que la primera opción sólo es posible si tu interlocutor es un chino; y, además, algo bastante común cuando se te ve el cartón y la forma de la cabeza no se oculta bajo un pelaso espectacular.

Tantas veces fui objeto de ese piropo (?) que acabé fijándome yo también en la forma de las cabezas de mi alrededor. Así, de pronto, durante mi tiempo en China la marea de cucarachas de mi alrededor (metáfora con la que los mismos chinos se definen a sí mismos, por su pelo homogéneamente negro y lacio, vistos desde un situación elevada) se convirtió en individuos objeto de estudio.

Desde un primer momento me fijé que, de perfil, la cabeza de los chinos tiene una forma curiosa. Esa curva que se produce entre nosotros, hombres de la nata montada, por encima del cuello, es casi inexistente en la mayoría de los chinos, en algunos casos sustituida por una línea completamente recta que va desde la mitad de la espalda hasta la coronilla.

Poco a poco me fui dando cuenta de que, sin necesidad de ser fetichista de las cabezas (que de todo hay en el mundo), no es que nosotros tengamos la cabeza “bonita” o no, es que ellos la suelen tener bastante poco agraciada.

Investigando un poco más, he descubierto un hecho intrigante. Seguramente las que tengan familiares comadronas o sean enfermer@s no se sorprenderán tanto de leer que cuando los niños nacen su cabeza es como plastilina y las comadronas "moldean" la cabeza en la forma que tendremos el resto de nuestra vida, pero para los demás creo que es como para quedarse con una O en la boca durante un rato.

Pues sí, nos "moldean" la cabeza, y pensar en ello siempre me hace sentir un escalofrío y palparme la cabeza involuntariamente durante unos segundos. Sin embargo, en China no tienen esa costumbre, aunque sí que es común, por otra parte, vacunarlos pinchándolos en la cabeza. A eso hay que unir el hecho de que, dicho elegantemente, el margen por el que son expulsados los fetos es más estrecho en China de lo que suele serlo aquí en Occidente.

Todo ello acaba llevando a unas cabezas planas poco agraciadas que provocan que, cuando ven a un extranjero con su bonita curva craneal, no puedan menos que alabarla. Por mucho que sorprenda la primera vez (y todas las demás).